Inciden directamente sobre la superficie metálica mediante procedimientos físicos,  con el fin de mejorar su aspecto (eliminando o disimulando defectos previos) o bien, de conferirle un aspecto determinado.

 

En el caso del pretratamiento mecánico con el objetivo principal de la eliminación de rayas, poros y otros defectos superficiales, dependiendo de la profundidad y característica del defecto, éste deberá comprender diferentes fases:

  • Desbastado : Dedicado a la corrección de poros y defectos profundos, en su mayoría encontrados en las piezas fundidas en molde de arena.
  • Afinado: Desbastado fino realizado con muelas blandas y abrasivos finos, principalmente dedicado a eliminar la rugosidad obtenida por el desbastado anterior.
  • Pulido: Fase cuyo objetivo es eliminar las trazas del esmeril del desbastado y afinado, consiguiendo una superficie lisa, suave y brillante.
  • Repasado: Es la última fase del pulido mecánico, dedicado a obtener el máximo poder reflectante del aluminio.

Además de la eliminación de defectos, la funcionalidad de los pre-tratamientos mecánicos puede ser puramente estética, como acabado visual con las siguientes posibilidades:

  • Arenado o chorreado: Técnica abrasiva por chorro de arena que consigue la rugosidad de la superficie del aluminio mediante la proyección de pequeñas partículas de arena a alta velocidad, con un aspecto final mate.
  • Satinado mecánico: Técnica abrasiva por cepillado con discos de scotch, sisal o materiales plásticos que, a diferencia de la rugosidad por puntos de chorro de arena, consigue una rugosidad lineal uniforme, pero también de aspecto mate.
  • Lijado o esmerilado: Técnica abrasiva por cinta de esmeril, principalmente de corindón de diferentes granos según la profundidad deseada, con acabado lineal, más uniforme que el satinado, pero sin aspecto mate.
  • Pulido: Acabado liso y fino provocado por la abrasión de discos de algodón o sisal, utilizado tanto para eliminar pequeños defectos como para dar acabado brillo a la superficie del aluminio.