Tanto el acabado brillo como el mate se consiguen mediante un tratamiento anterior al anodizado consistente en un ataque químico de la superficie del aluminio. Dichos pretratamientos no protegen el aluminio de la oxidación, únicamente varían su aspecto modificando la superficie según el acabado deseado.
El ataque alcalino mediante una solución de sosa cáustica modifica la superficie del aluminio, con resultado final rugoso, de manera que la reflexión de la luz es desordenada y muestra el aspecto mate.
En cambio un ataque ácido mediante una solución de ácidos sulfúrico, fosfórico y nítrico modifica la superficie del aluminio dejándola de la forma más plana posible. Esto permite la máxima reflexión de la luz, mostrando el acabado brillo. Es el denominado brillo químico.
Si además aplicamos corriente continua a la solución ácida, se consiguen superficies más lisas y, por tanto, mayor reflexión de la luz, permitiendo un acabado brillo más intenso. Este es el denominado brillo electrolítico.
Una superficie plana y pulida refleja ordenadamente la luz (Reflexión Especular), en cambio una superficie rugosa lo hace desordenadamente (Reflexión difusa).
¿Es necesario un pulido mecánico anterior al acabado brillo?
La intensidad de brillo se consigue mediante el tratamiento químico y electrolítico, no influye el pulido mecánico anterior.
Ahora bien, el acabado brillo muestra cualquier pequeño defecto existente en la superficie del aluminio, por lo que es recomendable su eliminación anterior mediante el pulido mecánico para conseguir un acabado uniforme.
El acabado mate, al provocar la rugosidad de la superficie, disimula los pequeños defectos existentes, lo que hace menos necesario el pulido mecánico anterior.
¿El acabado mate se consigue sólo mediante el tratamiento químico?
Existen tratamientos mecánicos que consiguen también el acabado mate.
Si bien el tratamiento químico es el más generalizado, también se pueden utilizar otros tratamientos mecánicos para conseguir la rugosidad de la superficie y, por tanto, el aspecto mate del aluminio anodizado.
Dos de los tratamientos mecánicos más utilizados son los siguientes:
- Arenado o chorreado: Técnica abrasiva por chorro de arena que consigue la rugosidad de la superficie del aluminio mediante la proyección de pequeñas partículas de arena a alta velocidad.
- Satinado Mecánico:Técnica abrasiva por cepillado con discos de scotch, sisal o materiales plásticos que, a diferencia de la rugosidad por puntos del chorro de arena, consigue una rugosidad lineal uniforme.